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Buscan llenar puestos vacantes tras redadas en plantas de Mississippi

Immigration and Customs Enforcement worksite enforcement operation in Canton, Mississippi

FOREST, Mississippi — Días después de que los agentes de inmigración arrestaron a 680 trabajadores latinos en una enorme redada en siete plantas procesadoras de pollo de Mississippi, los solicitantes de empleo acudieron a una feria de trabajo el lunes con la esperanza de llenar alguna de esas posiciones ahora vacantes.

Koch Foods, con su sede cerca de Chicago, organizó la feria de empleo para reclutar nuevos trabajadores en una de sus plantas de Morton, luego de que agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) detuvo el miércoles a 243 empleados que presuntamente trabajaban sin un permiso legal.

Alrededor de las 10 de la mañana, había decenas de personas en un constante vaivén. La mayoría eran negros y hablaban con acento sureño. Pocos eran blancos o hispanos.

Si bien las redadas en siete plantas no tenían precedentes, las instalaciones de procesamiento de pollo generalmente tienen una gran rotación de personal y buscan empleados constantemente. El portavoz de Koch, Jim Gilliland, dijo el lunes que las ferias de empleo son “frecuentes”.

“Son parte de las labores normales para contratar”, escribió en un correo electrónico. “En este ambiente de un relativo empleo pleno, la mayoría de las empresas buscan personal calificado y Koch no es diferente”.

Eddie Nicholson Jr., que estaba el lunes entre los solicitantes en una oficina estatal de servicios de empleo en Forest, fue más conciso: “Contratan a cualquiera”.

El joven de 25 años ha trabajado en plantas avícolas anteriormente y consideraba regresar a ellas, pero quería ver si los salarios habían aumentado. En los últimos años, las plantas generalmente pagan entre 11 y 12 dólares la hora, de acuerdo con estadísticas laborales, pero Nicholson dijo que quiere recibir 15 dólares la hora.

Así como Nicholson, muchos de los que solicitaron empleo el lunes eran veteranos de la industria. Entienden el arduo y a veces peligroso trabajo de sacrificar, despiezar y empacar el pollo, desde colgar pollos vivos, hasta quitarles la piel, cortarlos con cuchillos muy filosos, y ponerlos en cajas, gran parte de eso llevado a cabo en temperaturas muy bajas. La línea se mueve rápido y la gente repite los mismos movimientos una y otra vez.

El desgastante trabajo y los salarios relativamente bajos provocan que muchos renuncien. Así que las plantas avícolas siempre están contratando.

Angela Stuesse, una profesora de antropología en la Universidad de Carolina del Norte y que pasó años entre organizadores sindicales en Morton y localidades cercanas, dijo que el deseo de mano de obra barata y dócil condujo a que las empresas de pollos comenzaran a reclutar hispanohablantes a fines de la década de 1990.