Mujer de Shelby sin antecedentes penales se auto deportará tras pasar 6 meses bajo custodia de ICE

El 20 de febrero de 2025 es un día que ni Keily Chinchilla ni su familia olvidarán. Agentes del FBI entraban en su vivienda ubicada al este de Charlotte preguntando por una persona que ya no vivía ahí.

En ese momento, estaba Allison Bustillo, de 20 años, con sus tres hermanos. El FBI no encontró a quién buscaban, pero, según Allison Bustillo, llamaron a ICE. Al llegar, llamaron a Keily para que fuera a su casa. Todos fueron arrestados por los agentes de inmigración, justificando estos que todos tenían una orden de deportación. Solo se quedaron dos hijos de Keily, ciudadanos estadounidenses. Días más tarde, Keily y dos de sus hijos, menores de edad y uno con autismo, fueron liberados.

Pero ICE se llevó a Allison, quien sí es mayor de edad. Desde entonces, la joven estudiante está presa en el centro de detención Stewart en Georgia.

MÁS SOBRE LA HISTORIA DE ALLISON BUSTILLO:

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Hablamos con Allison este lunes, un día antes de su audiencia con un juez para pelear el caso de asilo que su abogado Marty Rosenbluth había sometido.

Por videollamada, nos cuenta, entre lágrimas, que lo único que le quiere pedir al juez es “clemencia”. Son más de seis meses los que Allison lleva encerrada y nos dice que siente que ya no puede más. 

Según Allison Bustillo, su arresto fue una injusticia. Nos explica que ella no es una criminal. Llegó con su mamá, Keily Chinchilla, de Honduras, cuando apenas tenía ocho años. En todo este tiempo en los Estados Unidos, Allison se dedicó a estudiar, nos dice. Terminó en 2023 la escuela secundaria con honores en Crest High School, en el condado de Cleveland. Comenzó su carrera de enfermería en Cleveland Community College, obteniendo su asociado en artes. También obtuvo un certificado de asistente en enfermería y tiene una beca pendiente para estudiar en la universidad Gardner-Webb.

El martes 26 de agosto, a las 8:30am, tuvo lugar la audiencia de Allison frente al juez de Boston, Massachusetts, Wade Thomas Napier. Y ocurrió lo que Keily Chinchilla temía que pasara.

Con un breve “sí”, y sin pelear su caso,  Allison Bustillo aceptaba retirar su petición de asilo en los Estados Unidos, salir del país y regresar a su natal Honduras. Un país al que no regresó desde los 8 años de edad y cuyo único recuerdo que tiene, nos dice su madre, es de cuando una persona les puso un arma en la cabeza.

El abogado de inmigración Marty Rosenbluth nos dice, a cámara, que es lo mejor que podía haber pasado y que esto era lo que Allison quería. Sin embargo, para la madre de Allison, se trata de una gran injusticia. 

“Esto no es lo mejor que pueda pasar, porque no se está haciendo justicia en su caso, justicia hubiera sido que la dejaran en libertad ya que ella no tiene antecedentes penales, no la estaban buscando a ella. Para mí eso no es justicia”, dice Keily. 

Tras 12 años en el país, Allison Bustillo se va a Honduras, con los beneficios de una salida voluntaria, pero sin serlo, ya que ella, según Rosenbluth, no calificaba para tal.

De esta manera, Allison saldrá sin una orden de deportación y en un avión comercial, terminando así su encierro, y volviendo al país que la vio nacer y del cual un día huyeron tras las amenazas recibidas por grupos delictivos. 

En Charlotte se quedan su madre y sus tres hermanos.

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