Entre $20,000 y $40,000 dólares: esa podría ser la suma final que un inmigrante haya pagado a un abogado de inmigración tras concluir su proceso, según confirmó el abogado Alex González.
Estos costos han generado gran preocupación entre miles de inmigrantes que buscan regularizar su estatus migratorio.
A los altos honorarios de los abogados se suman las tarifas gubernamentales, que fueron actualizadas por el Big Beautiful Bill impulsado por el gobierno del presidente Donald Trump.
Por ejemplo, una solicitud de asilo político, que antes era gratuita, ahora cuesta $100. Otras solicitudes, como el TPS, cuestan $500 solo por la aplicación. Para obtener un permiso de trabajo, el costo inicial es de $500, con una tarifa adicional de $275 por cada renovación.
El tiempo de duración del proceso es incierto y podría extenderse por años, especialmente debido al alto número de casos acumulados en las cortes de inmigración. En Charlotte, por ejemplo, hay solo 4 jueces de inmigración, según el sitio web de la corte correspondiente.
En promedio, un abogado de inmigración cobra entre $150 y $600 por hora, según el bufete Gallardo Law.
El panorama puede complicarse aún más para un inmigrante que enfrente su proceso mientras está detenido en un centro migratorio, ya que la falta de comunicación con su abogado podría ser determinante.
Según Better Care, otros gastos como exámenes médicos pueden oscilar entre $200 y $600 dólares. Asimismo, las traducciones de documentos son necesarias y pueden costar entre $50 y $100 dólares por página.
Si necesita ayuda con sus trámites migratorios, organizaciones como La Coalición Latinoamericana, puede ayudarle en todo lo que necesite para completar procesos y trámites de identificación o ciudadanía.
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